La ruta de viaje continúa, y nos disponemos a comenzar un nuevo periplo, con Paty de mi dulce de Melocotón a la cabeza, en una nueva edición de Blogger Traveller.
Hola, Blogger Travellers!
Mi entrada para el blogger traveller os va a presentar algunas de las zonas desconocidas y pintorescas de Mallorca, entre ellas, una aproximación a mi pueblo, Binissalem. (
Aquí podeis ver un pequeño apunte :).
Nada de calas veraniegas, nada de aglomeraciones, nada de turistas en todas partes y colas para todo (hasta para el buffet). En primavera, aún no estamos en plena temporada turística, y todavía se puede disfrutar de algo de paz y tranquilidad, al estilo mallorquín, con pausa, como siempre se ha hecho en esta tierra.
A veces, sentarse en un típico café, y saborear un delicioso pa amb oli, nos basta y nos sobra. Después unas hierbas dulces para acompañar (bebida típica de nuestras sobremesas), y la alegre compañía de nuestros amigos, hará de una velada sencilla, una gran noche.
Podemos presumir, en Mallorca, de tener, en un pequeño espacio, zonas de playa y de montaña, bellas calas desiertas y valles de naranjos y otros cultivos de secano. Algunos días en invierno de nieve, y un clima suave en primavera y otoño, momento en que es muy recomendable ir de excursión a las montañas.
Os invito a visitar un poco de todo. Hoy, para empezar, el recorrido nos lleva a Cala Mendía: empezamos el viaje!
Uno de estos días en que aún el cielo está encapotado, y con ganas de llover, salimos de excursión, a recorrer la costa. Nos encontramos en Cala Mendía, en la zona de Manacor, situado en el lado de levante de Mallorca. Para llegar, si salimos de Palma, deberemos recorrer más o menos 74 kilómetros, lo que para los habitantes de la isla es como ir a la Luna o Marte. Pensad que la distancia más larga dentro de Mallorca es de unos 100 kilómetros, de punta a punta, si no nos ponemos a dar vueltas, claro.
El mar estaba tranquilo, y no hacía demasiado frío. Las fotos son del mes de mayo, climatología típica de finales de invierno, en transición a primavera. O sea, inestable, puesto que nunca sabes si sacar la chaqueta, o salir en manga corta, lo que favorece los temidos resfriados.
Esta zona está constituida por una costa escarpada, sin playas, pero con unas bonitas flores amarillas colgadas del acantilado.
La flora de la zona nos da bonitos contrastes de colores, aprovechado la falta de reflejos del día encapotado.
Una solitaria flor, cerca de una típica pared seca, de piedras.
En el lado contrario del acantilado, tenemos otra bella playa, que en verano seguro que estará más animada.
La primavera, con sus cambios de humor, nos trae también luminosas flores, así que no podía despedirme sin alegraros la vista con este colorido.
Ya que hablamos de flores, os presento un broche de fieltro y cuentas que hice para ilustrar esta entrada del blog!
Feliz primavera a todos!
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