Como veis, sigo enganchadísima a la iniciativa de Paty de Mi dulce de melocotón, para seguir viajando de blog en blog siguiendo la temática que ella nos propone mes a mes.
Anteriormente, los temas han sido:
Mayo: Flores
Junio: Azul
Julio: Edificios singulares
En el mes de agosto, nuestra palabra clave es "descanso".
En verano, las cosas necesitan pausarse un poquito.
El calor, la canícula, y la pereza nos invaden.
Necesitamos, como bien dice Paty Melocotón, del blog "mi dulce de Melocotón", un descanso.
Y así ha de ser, pues esta es la temática de nuestro blogger traveller de Agosto.
Estáis acostumbrados, lo se, a imaginar Mallorca como un destino de sol y playa, lleno de guiris hasta los topes, cervezas y fiesta hasta las tantas, y esta faceta es bien cierta. Pero hay una Mallorca inédita, escondida y casi desconocida, que la gente de aquí disfruta y que es bien apreciada por mallorquín que ama su tierra y por los amigos de fuera con quien comparte sus secretos.
Por esto hoy intentaré sorprenderos con una localización diferente.
Nuestra isla, Mallorca, cuenta con un pasado agrícola, y con un paisaje, en el interior, muy rural y tradicional. Carreteras vacías que discurren entre campos arados y almendros, en las que no te encuentras coches en contra en tramos larguísimos, caminos rurales por los que apenas pasa un vehículo y los cicloturistas en pelotón, paisajes de montaña con sus leyendas y fantasías antiguas, estrechos caminos, bosques de pinos y coníferas deshabitados... Entre estos lugares se halla esta pequeña joya restaurada, que encontré de casualidad un día cualquiera que paramos a descansar.
La pequeña población de Pina se halla ubicada en el municipio de Algaida y por tanto, no tiene ayuntamiento propio.
En ella, hallamos este pequeño lugar, la Font de Pina.
En ella, hallamos este pequeño lugar, la Font de Pina.
Ver mapa más grande
Se trata de una fuente de origen árabe, puesto que Mallorca fue árabe durante muchos siglos antes de que llegase el rey Jaume I. El conjunto está empedrado y dispone de una capilla que protege la salida de agua, además de unos antiguos lavaderos públicos, actualmente en desuso.
Llama la atención el excelente estado de conservación de todo el recinto, lo cual sorprende ya que está abierto al tránsito de quien lo quiera visitar, de forma pública.
En la entrada, la construcción sencilla de un arco de medio punto me atrajo. Nunca había visto este lugar. Que curioso, me dije, ¿a donde llevará esta puerta? Y cual Alicia en el Pais de las Maravillas, animada por la curiosidad, me adentré en el frondoso jardín que se adivinaba al fondo, dejando atrás todo el cansancio y el calor del verano.
Cuando empecé a andar por su interior, me invadió una sensación de paz y tranquilidad. Allí no había nadie, todo era calma y silencio. ¿Que misterio se esconde en este jardín secreto?
Un bonito jardín me saludó al pasar, sus plantas típicas de nuestras tierras me hicieron un guiño de sombra y luz. Pinos, palmeras y pitas, y un pasillo con arcos de metal que me invitó a seguir.
Un pequeño bosque de pinos apareció ante mis ojos, puesto que el jardín terminaba aquí. Más allá, continuaba por un buen trecho un pinar fresco y luminoso. Pero había algo más, algo inesperado.
Miré hacia mi izquierda, y como sacado de un cuento medieval, apareció ante mis ojos el antiguo lavadero, sólo, tranquilo, esperando ser descubierto.
Bajé las rústicas escaleras para encontrarme en la explanada delante de la construcción, flanqueada por dos altivos árboles que me daba sombra y cobijo. ¿qué lugar mágico es este?
En un momento me transporté al pasado, imaginando a nuestras antepasadas lavando aquí sus ropajes, tejiendo y destejiendo las historias y leyendas de un pueblo en continuo cambio. Sentí como si hubiera viajado en una máquina del tiempo, para reencontrarme con antiguas tradiciones hoy en día olvidadas.
No dudé en hacer fotos por doquier, por si la experiencia acababa y nadie me creía al regresar. Como podéis ver en interior se puede apreciar el sistema de picas de lavar de la época, donde el agua y las risas debían hacer un poco más alegre este sitio.
Decidí regresar. De vuelta a casa, subiendo por las escaleras, me despedí de un lugar casi mágico, y que estaba lleno de historias para contar.
A la salida me esperaba esta mesa rústica de piedra, con sus dos buenos bancos, que me invitó a quedarme un ratito más, disfrutando de la tranquilidad reinante.
Pero no, gracias, no por esta vez.
Tengo que volver al mundanal ruido, al día a día y la vorágine de la modernidad.
Pero se que siempre tendré aquí un rinconcito donde reposar un rato: Pronto volveré, lo prometo.
Pues esto ha sido todo, por este día.
Espero que no os hayáis relajado demasiado, y podáis seguir viajando por los diferentes blogs amigos de Blogger Traveller, aquí mismo.
Espero que no os hayáis relajado demasiado, y podáis seguir viajando por los diferentes blogs amigos de Blogger Traveller, aquí mismo.