Buenos días!
Hoy vamos a viajar a tierras frías, donde es necesario abrigarse bien para poder salir a la calle. Coged vuestro gorro cosaco, y vuestras botas forradas, que el avión está a punto de aterrizar en Rusia.
Mi proyecto de este mes es esta pequeña matrioska hecha de fieltro y pedrería. Detrás tiene un imperdible, para utilizarla como broche, pero normalmente campa a sus anchas por mi casa, sin control alguno.
Como podéis ver, está muy bien acompañada, con sus hermanas, la matrioska rusa y la muñeca rusa cubreteteras.
Tanto la matrioska original como la muñequita rusa, son fruto de regalos que me han hecho personas muy queridas por mí, a lo largo del tiempo.
De hecho, la muñeca cubreteteras ha estado en mi casa por al menos 20 años. Vino a España en un barco militar ruso que recaló en mi adorada isla de Mallorca, mucho tiempo atrás, y la matrioska, vino de viaje desde San Petersburgo, embarcada en un flamante crucero de turismo.
Al final, han compuesto este adorable trío.
Seguro que tienen muchas aventuras que contarse!
Y ahora, podéis continuar vuestro viaje a través del blog de pixelados, aquí.
¡Besitos!